Aunque un sueño saludable no es el único factor determinante para alejar una enfermedad, estudios muestran que dormir de noche sin interrupciones y con una cantidad adecuada de horas, puede ayudar a disminuir la tendencia de cada persona a padecer cáncer, así como a mejorar la recepción de nuestro cuerpo a los tratamientos.
Este jueves 4 de febrero se conmemora el Día Internacional contra el Cáncer y si bien nadie está libre de esta enfermedad, varios estudios a nivel internacional indican que dormir mal tendría repercusiones en la predisposición del cuerpo a padecer diferentes tipos de cáncer. Además, la experiencia señala que una persona que duerme mal podría ver afectada la progresión del cáncer o reducir la eficacia del tratamiento.
Esta tendencia puede ocurrir por varios motivos y, según el neurólogo Pablo Guzmán de Clínica Somno, “cuando dormimos de noche, el cuerpo ejecuta miles de procesos regenerativos en nuestro interior, a la vez que mejora el sistema inmunológico, el funcionamiento de las células, regula la producción de hormonas, el metabolismo y el peso corporal. Si todos los procesos anteriores se ven interrumpidos por dificultades para dormir o para conciliar el sueño, indudablemente el cuerpo no va a estar en óptimas condiciones para luchar contra una enfermedad, como podría ser el cáncer”.
Según estudios destacados por la National Sleep Foundation, las personas que duermen menos de seis horas o cuentan con una mala calidad de sueño, tienen un mayor riesgo de padecer cáncer. En el caso de los adultos mayores, algunas investigaciones han relacionado la reducción en la duración del sueño con una mayor probabilidad de cáncer de estómago, de tiroides, cabeza y cuello.
Por otro lado, otros estudios destacados por la misma fundación, apuntan que las mujeres que presentan sueño inquieto, tienen una mayor tendencia al cáncer de mama triple negativo, que es una forma agresiva de la enfermedad, mientras que los hombres que muestran interrupciones pronunciadas del sueño, podrían tener más probabilidades de desarrollar cáncer de próstata.
“La alteración en el ritmo circadiano, que se regula por el ciclo luz-oscuridad, puede potenciar el desarrollo del cáncer. Esto, porque las señales circadianas están involucradas en el crecimiento de las células y su desajuste puede generar mutaciones y daños en el ADN. Además, sus funciones están involucradas en la producción y metabolismo de hormonas tanto como en el sistema inmunológico”, señala el especialista.
En consecuencia, dormir bien no sólo puede ayudarnos a prevenir tendencias de nuestro cuerpo a padecer diversos tipos de cáncer, sino que, además, puede permitir que el tratamiento contra esta enfermedad tenga una mejor respuesta y sea más efectivo, dada la enorme regeneración que se produce durante las horas de sueño y el consecuente fortalecimiento de las células y del sistema inmune.
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