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[EM] Quiero un escolta y auto blindado: el negocio de la seguridad personal que toma fuerza en Chile

Sólo este año, la demanda por seguridad privada ha subido 15%. Es un negocio boyante que ahora tiene como punta de lanza a los guardaespaldas y al blindaje de autos, los mecanismos que –estiman en el sector- sirven para defenderse de las armas. Tener un escolta puede superar los $300.000 diarios, y dejar el auto a prueba de balas parte en los $20 millones. Enlace


Hace algunos meses, el ejecutivo de una embajada se contactó con el socio de la empresa Defense Security Chile, Marco Price. Sus hijos estudiaban a cinco cuadras, pero quería contratar un servicio permanente que los fuera a buscar, llevara al colegio, a los talleres extraprogramáticos y de vuelta a casa. Lo mismo le ocurrió al socio de As Group, Cesar Bustos, pero por un motivo distinto: personas necesitaban guardaespaldas para resguardar su seguridad al hacer tramites bancarios con altas sumas de dinero...temían un asalto.


La búsqueda de seguridad personal encendía las alertas y exigía medidas. Si en 2018, habían cerca de 1.700 empresas de seguridad privada en el país, a agosto de este año el O.S.10 de Carabineros –revela la Asociación de Empresas de Seguridad Privada y Transporte de Valores (Aseva)- tenía registrado a 3.098 compañías, un 82% más que hace un quinquenio. Y estimaban que sólo este año, la demanda por seguridad privada se había elevado en 15%.


El debut de los guardaespaldas en la historia reciente, comenzó con la protección a los camiones. Hace unos siete años, los vehículos que trasladaban mercadería de alto riesgo y de fácil reducción, como tecnología, contrataron respaldo. Hoy, se estima que se asaltan a lo menos diez camiones al días.


Todas las grandes compañías tienen seguridad para esos recorridos. Son escoltas en auto que van atrás, a cierta distancia, cuidando la ruta, que fue estudiada con anticipación. Lo más sofisticado es una capsula de seguridad —el camión con un escolta, tres autos y una moto— seguida por televigilancia. Y cambian el camino si detectan una situación sospechosa. 'Si hay que dejar botado un auto, bloqueando el paso, se deja', dicen en el sector. Según Aseva hoy hay presencia física o monitoreo de seguridad privada en ocho de cada 10 instalaciones y comercios establecidos a nivel nacional.


Actualmente, el servicio de guardaespalda no está regulado. De hecho, sólo los vigilantes —traje azul— que protegen bancos e instalaciones de servicios críticos pueden portar armar. Nadie más. El proyecto original de Ley de Seguridad Privada —que comenzó en 2009 y sigue en trámite— incorporaba originalmente a los escoltas, sin embargo, fueron excluidos. Hoy, se cuestiona esa determinación. 'La protección especial de personas con definición de alto riesgo se aborda a través de Carabineros y la PDI, sin embargo, existe una demanda insatisfecha que muestra un alto interés en contar con seguridad personal, por lo mismo, es un área que debe ser regulada con urgencia', subraya el presidente de Aseva, Hugo Ibaceta. Hoy, de hecho, es complejo tasar las capacidades y la especialización de quienes ofertan esta custodia.


Resguardando a personas


Hace dos domingos, el empresario Cristián Steffens denunció en carta a 'El Mercurio' que su hijo había sido golpeado, amenazado y trasladado por varios kilómetros al pedir un auto en la aplicación Uber; la app luego negaría que se tratara de sus automóviles: 'El usuario solicitó un viaje (pero) antes de iniciarlo, éste fue cancelado', señalaron.


Días antes, el empresario Rudy Basualdo sufría también un secuestro en Rancagua, siendo liberado dos días después, previo pago de un rescate.


El fiscal nacional, Ángel Valencia, habló de un 'aumento significativo' de este tipo de delitos en los últimos años. Pasaron de 492 investigaciones en 2021, a 826 el ejercicio recién pasado.


'Contamos con servicios de protección a personas en forma permanente. Estamos resguardando a la persona objetivo, familias y bienes y sí, ha existido un aumento de requerimientos de estos servicios', dice el gerente general de VIP Seguridad, Ralph Wladdimiro, ex escolta presidencial por diez años y oficial GOPE de Carabineros.


César Bustos, gerente de AS Group Chile, partió hace 18 años con una empresa de seguridad en el norte del país, que luego se expandió. Revela que fue el estallido social, el punta pié inicial para una mayor demanda por protección, principalmente en los trámites bancarios.


'Los niveles de inseguridad se incrementaron, los carabineros se vieron sobrepasados y los privados se abrieron a escoltas', cuenta. 'Nuestros clientes empezaron a ser personas que iban a los bancos a hacer grandes depósitos o a cobrar sumas importantes de dinero', dice Bustos.


Hoy, como los escoltas no están reconocidos, sus labores son de prevención.


La empresa de Bustos hace un estudio previo de la sucursal en la que el cliente hará el trámite, lo acompaña, evalúa que la zona esté segura, hace el trámite y se va. Si surge una amenaza —una persona sospechosa, por ejemplo— se cambia de sucursal.


Eso vale del orden de $200.000. Y se trata de clientes corredores de propiedades, subcontratistas, entre otras personas que requieren mover grandes montos.


Actualmente, los escoltas son básicamente personal en retiro de las Fuerzas Armadas y de carabineros. Wladdimiro, sin embargo, es claro en que hay muchas personas que se hacen llamar escoltas y que no cuentan con la preparación. 'Muchas personas que han sido policías o militares se consideran expertos, sin embargo, esto no siempre es así, pues un escolta debe reunir varias otras condiciones, incluso desde su vida personal, su estado psicológico, su estado físico, salud, discreción, entre varios elementos', destaca Wladdimiro.


'Todo el servicio, ha tenido un alza en la demanda, ahora consultan mucho, pero contratan poco, porque es costoso, para un particular es inviable', añade Marco Price, que sumó el servicio hace cinco años.


Si se trata de trasladar a dos menores, como fue la solicitud de una embajada a Price, con un equipo pequeño, de dos personas, asciende a $300.000 diarios.


En líneas generales, las empresas proponen un plan de protección que incluye desde entrenamiento, ver sus hábitos, hacerlo parte del sistema de protección de forma de conocer todo lo que le hace vulnerable y que adopte 'con voluntad y rigurosidad' —dicen en VIP Seguridad— las indicaciones de la empresa, que por lo general son diarias y pueden ir evolucionando según los escenarios en que se mueven con la persona bajo resguardo.


Marco Price relata que a fines del verano una novia chilena que vivía en Canadá, vino a casarse a Chile, y pidió protección para todo el festejo: iglesia, fiesta y hotel. 'Nunca había visto un escolta para una novia', dice Price. 'Es la visión que tiene una persona extranjera', añade.


Los grandes grupos económicos en general tienen un sistema de seguridad interno, permanente.


El alza de los blindajes


Hace unos 45 días, tres ejecutivos de una tecnológica estuvieron en Chile. Se reunieron con varias empresas de seguridad. Vendría un personero importante y necesitaban protección. Price cuenta que querían seguridad que incluyera un auto blindado. No lo tenían. En el mercado, de hecho, estiman que vehículos de ese tipo y de la categoría exigida –nivel 4- escasean.


Francisco Fuentes entró al mundo del blindaje tras sufrir una encerrona a la salida de Santiago, junto a su familia. Ese día no sólo decidió proteger su auto, si no que creó Blindajes Chile. Si ha principios de año, blindaban 2 a 3 autos al mes, hoy van en 15. Las estimaciones apuntan a que actualmente hay más de 2.500 vehículos blindados, entre públicos y privados, cuando hace cinco años, eran menos de 100.


'Hoy el delincuente, está más agresivo y disparando, y uno no puede portar armas, por ende, esta es la forma de protegerse', señala.


Un servicio de protección anti bala sólo a los vidrios puede partir en $12 millones. Carrocería completa es desde $20 millones, que resiste arma de puño. Para la macrozona sur lo que más demandan es un nivel superior -3-, que aguanta fúsiles. El nivel 4 es el que usa la presidencia que aguanta fúsil de asalto. 'Al final es armar un auto sobre otro auto', dicen en el sector. Tarda entre 18 a 23 días en estar listo.


Y si antes, los blindajes eran básicamente para vehículos estatales, hoy son los empresarios, altos ejecutivos y sus familias los que demandan. 'Estamos blindando, por ejemplo, un mini cooper para el hijo de un gerente, que se lo entregará como regalo de navidad', señala Fuentes.


Las proyecciones acuales dan cuenta de unas 35 blindadores –cuando hace unos años eran tres- en el país. Varias en comunión con firmas colombianas que son –concuerdan en el rubro- las de mayor expertise en el tema.


'Desde el extranjero, para venir, están contratando escoltas y quieren autos blindados', dice un ejecutivo del sector. Un laboratorio, por ejemplo, traerá a tres altos ejecutivos y quieren vehículos blindados, añade un empresario de la industria.


Tradicionalmente —relata Ralph Wladdimiro— el secuestro en Chile era puntual, y tenía que ver con personas de alto patrimonio, ejecutivos de alto nivel o personajes que eventualmente se exponen a riesgos especiales, como deportistas o artistas. Ahora, destaca el gerente de VIP Seguridad están recibiendo consultas de parte de personas que, por su situación financiera, comercial o política se sienten bajo amenaza y quieren también resguardar a familiares. Por ejemplo, jueces o fiscales.


'El secuestro extorsivo es algo muy común en otros países, clásicamente en México, Colombia existen mayor habitualidad a que personas conocidas, desde empresarios, abogados, socios inversionistas cuenten desde siempre con escoltas personales, familiares y en su actividad', explica Ralph. De hecho, en el sector señalan que personas que provienen de otros países, buscan seguridad justamente para resolver esa necesidad que ya tienen asumida en sus lugares de origen como esenciales y permanentes.


Sólo como ejemplo, en México ya hay 8 mil escoltas independientes, según la Sociedad Mexicana de Escoltas y Profesionales de la Seguridad.


Jorge Valdés Yavar lleva años trabajando en seguridad. Es capitán en retiro de carabineros, y fue parte del equipo de protección a presidentes, de negociación de rehenes en el caso que inspiró la pelicula de Johnny 100 pesos y del Papa Juan Pablo II en su venida al país. Hoy, vía su empresa Protección Chile, lidera principalmente con empresas americanas. Reconoce que varias le piden recomendaciones respecto a la seguridad en Chile. 'Nos están pidiendo mucho los seguros internacionales para ir a buscar a turistas a los aeropuertos y a presidentes de corporaciones', señala. Explica que llegan con uno o dos vehículos, suben a la persona, y cumplen la misma función que una escolta presidencial. Dependiendo del riesgo del cliente es la cantidad de escoltas, pueden llegar a ser cuatro.


El ex uniformado destaca que un servicio tipo para un alto ejecutivo puede consistir en ir a buscarlo al aeropuerto, llevarlo a una reunión y dejarlo en el hotel. En total, unas cinco horas diarias por cuatro días que en promedio dura la visita. Eso, vale a lo menos $800.000. Cualquier servicio extra es adicional.


Con todo, la demanda sube. Cesar Bustos ha tenido más de 180 contrataciones de civiles durante este año. Hace unos tres o cuatro operativos diarios. La empresa de Jorge Valdés pasó de tener ocho escoltas hace diez años, a contar con 22. 'Hemos hecho el servicio de retirar a niños de fiestas', cuenta. Ahora, Valdés quiere dar un paso más. Está intentando cerrar un negocio para que le blinden un auto Nissan y cumplir con las solicitudes más exigentes.

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