Coordinar que el ingreso de los trabajadores sea por separado y medir su temperatura corporal para aislar a cualquiera que presente sobre 38ºC, son sólo algunas de las medidas que las empresas salmonicultoras de Magallanes están ejecutando para frenar la propagación del Covid-19, en el marco de la emergencia sanitaria que vive el mundo.
Las compañías de la Asociación de Productores de Salmón y Trucha de Magallanes agrupan a más de 3.500 trabajadores directos y están implementando una nueva forma de llevar a cabo sus funciones en los centros de cultivo, aplicando rigurosas prácticas y protocolos con el objetivo de disminuir al máximo el riesgo de contagio.
Los planes de contingencia consideran la reducción de personal de los turnos, separar las áreas para que no entren en contacto entre ellos, diversos puntos de desinfección, fumigación y sanitización de superficies; además de la entrega de alcohol gel y mascarillas.
Adicionalmente, los ingresos y salidas a las plantas se están llevando a cabo de forma desfasada entre los trabajadores, al igual que su traslado, para evitar aglomeraciones. En tanto, los colaboradores de áreas administrativas están prestando sus funciones a distancia.
En este sentido, Carlos Odebret, Presidente de la Asociación de Productores de Salmón y Trucha de Magallanes, destacó que las empresas “están evaluando en detalle la trazabilidad de las personas que llega en cada turno, considerando las barrera sanitaria impuesta recientemente por las autoridades, donde además se realiza un acabado seguimiento del estado de salud de quienes llegan desde otras partes del país”.
Se estima que cerca de un 40% de los más de 5.000 trabajadores directos e indirectos de la industria en la región, provienen de otros lugares, convirtiendo a la Región de Magallanes y de la Antártica Chilena no sólo en su lugar de empleo, sino que también en su hogar.
“Hemos implementado rigurosas prácticas y protocolos pensando en la salud de todos nuestros colaboradores, con la convicción de la importancia de reaccionar acorde a lo que esta emergencia sanitaria requiere. Agradecemos a todos por su esfuerzo y compromiso, y por la comprensión de lo central que resulta su labor para evitar una emergencia sanitaria de otra índole”, argumentó Odebret.
El representante explicó que “las consecuencias de paralizar completamente las operaciones de cualquier centro de crianza de organismos vivos pueden ser sumamente complejas”.
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