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Foto del escritorVital Comunicaciones

[EL MERCURIO] Ordenanza de Ñuñoa limita horario a obras de 90 proyectos inmobiliarios

El municipio estableció que las labores relacionadas con la construcción se realicen de lunes a viernes, entre 8:30 y 14:00 horas, mientras dure el estado de catástrofe decretado por el Gobierno.

Ñuñoa es una de las comunas más afectadas por la paralización de obras inmobiliarias producto de las cuarentenas de los últimos meses, liderando la cantidad de proyectos detenidos a nivel nacional. Pero el pasado 28 de julio pasó a fase de transición, en el marco del plan 'Paso a paso' del Gobierno, tras lo cual podrían reanudarse las labores de lunes a viernes, cumpliendo las exigencias sanitarias. Sin embargo, los desarrolladores conocieron una ordenanza municipal sobre control de ruidos molestos —del 31 de julio— con nuevos horarios de faenas, que las restringe a entre las 8:30 y 14:00 horas, mientras se mantenga vigente el estado de catástrofe en el país que rige desde marzo, señala el documento firmado por el alcalde de Ñuñoa, Andrés Zarhi.


Esta normativa afecta a 89 proyectos habitacionales que están en fase de transición, según cifras actualizadas de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), que involucran a 15.777 viviendas y 57.327 empleos. De acuerdo con datos de Iconstruye, plataforma digital ligada a ese gremio, en Ñuñoa existen 88 iniciativas —86 residenciales y dos comerciales—, de las cuales 47 están en fase de terminaciones, 24 en obra gruesa y 17 en etapas de movimientos de tierra o fundaciones. Sobre las razones de establecer la ordenanza, el alcalde Andrés Zarhi comenta que 'durante los primeros días de confinamiento recibimos múltiples reclamos de parte de nuestros vecinos, por los molestos ruidos que emiten las obras en construcción o las demoliciones, por lo que sometimos a votación del concejo esta modificación que nos satisface haya sido aprobada'.


Zarhi recuerda que parte relevante de los vecinos de la comuna estuvo 120 días confinados 'y, obviamente, vivir al lado de una obra en construcción tiene externalidades bastante negativas'. Agrega que 'propusimos esta modificación para lograr congeniar el avance de las obras, que también reconocemos son una fuente de empleo, con la tranquilidad y el bienestar de nuestros habitantes'. Respecto del impacto de esta medida en el sector, el director ejecutivo de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI), Vicente Domínguez, advierte un fuerte golpe al empleo y la reactivación. 'Me parece que desde el punto de vista práctico, esa restricción es bastante irreflexiva, en el sentido de que la situación de los trabajadores de la construcción es bastante aflictiva, pues ganan menos dinero y tienen dificultades reales. Si se reduce a ese tiempo el trabajo no se van a reactivar las obras. Mover el aparataje de una construcción para un horario restringido es una gran pérdida.


Quienes pagan los platos rotos son los trabajadores', comenta. Domínguez sostiene que acciones de ese tipo, 'generan incertidumbre total, pues cómo va a ser la reactivación si cada autoridad local no le hace caso a la autoridad nacional. Esto es caótico'. Recuerda que el sector de la construcción tiene 'estrictos protocolos sanitarios' firmados con el Gobierno para el desarrollo de sus obras. Rodrigo González, gerente general del grupo inmobiliario Urbes, cuenta que en Ñuñoa tienen dos proyectos residenciales en distintas etapas de construcción, pero indica que 'hemos decidido no retomar las obras, ya que los sobrecostos que nos han presentado las constructoras son muy altos, por las complejidades que significa mantener el abastecimiento de materiales y la producción de la mano de obra'. Señala que los trabajadores provienen de comunas que aún están en cuarentena.


González menciona, como ejemplo, que en el período del estallido social, 'mantener las obras hasta las 15 o 16 horas nos generaba una disminución de la producción en 50% o 60%, con un sobrecosto aproximado de $600 mil diarios'. José Ignacio Maturana, gerente de Proyectos de Inmobiliaria Norte Verde, afirma que la medida de Ñuñoa 'afecta directamente la productividad de la obra, fácilmente duplicando los plazos de los proyectos ubicados en esta comuna. Además, dificulta cualquier gestión que podamos hacer en línea con mejorar la trazabilidad y la gestión de vectores de contagio, ya que imposibilita al 100% poder realizar algún tipo de diferenciación en los horarios de trabajo en las obras'.

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